El VERANO trae consigo altas temperaturas y momentos de ocio al aire libre, lo que nos invita a disfrutar de comidas ligeras y bebidas refrescantes. Elegir vino verano puede ser una tarea emocionante, ya que el VINO, a menudo asociado con el clima frío, también puede ser una excelente opción en los días cálidos si se elige adecuadamente.
A continuación, te daremos 5 consejos esenciales para seleccionar el vino perfecto para el verano, los cuales te ayudarán a encontrar vinos que no solo sean refrescantes, sino que también complementen tus platos veraniegos favoritos.
CONSEJOS ESENCIALES PARA ELEGIR EL MEJOR VINO EN VERANO
Seleccionar un buen vino para el verano implica considerar varios factores clave que maximizarán tu experiencia. Estos son algunos consejos detallados que debes tener en cuenta.
1. OPTAR POR VINOS LIGEROS
Elegir vinos ligeros es crucial durante el verano. En lugar de centrarse únicamente en los vinos blancos o rosados, se pueden considerar los vinos espumosos y tintos jóvenes.
Estos vinos no solo son refrescantes sino que también maridan bien con comidas ligeras como ensaladas, pescados y platos asiáticos. Los vinos blancos, debido a su frescura, son una elección común.
Los espumosos añaden una sensación chispeante que los hace especialmente refrescantes. Los rosados, incluso los espumosos, son versátiles y se adaptan a platos desde pasta hasta carnes de caza.
Para los tintos, es preferible elegir aquellos que sean jóvenes y afrutados, ya que pueden servirse a temperaturas más frescas sin perder sus características.
Los vinos blancos proporcionan una mayor sensación de frescor, siendo ideales para acompañar platos como ensaladas, mariscos y pescados. Los espumosos son perfectos para celebraciones o aperitivos debido a su burbuja chispeante.
Los rosados, por su parte, son muy versátiles, y se adaptan bien a platos más pesados como arroces, pastas y carnes de caza.
Para los amantes del vino tinto, la elección debe inclinarse hacia tintos jóvenes y afrutados, que se pueden servir a temperaturas más bajas, logrando una experiencia refrescante y agradable.
2. CONSIDERAR LA ACIDEZ DEL VINO
La acidez del vino es un factor esencial para elegir vinos en verano. La acidez ayuda a equilibrar los sabores y a mantener el vino refrescante.
Los vinos que provienen de viñedos situados en altitudes elevadas suelen tener una mayor acidez debido a las condiciones de maduración lenta de las uvas.
Esta característica es especialmente útil para maridar con comidas veraniegas, ya que la acidez complementa una variedad de platos y ayuda a mantener la frescura del vino durante las comidas al aire libre.
La acidez actúa como la columna vertebral del vino, proporcionando estructura y frescura. Los vinos con alta acidez son más vibrantes y pueden hacer que la experiencia de beber sea más placentera en climas cálidos.
Para identificar vinos con buena acidez, se puede buscar aquellos que provienen de regiones montañosas o viñedos de alta altitud. Además, las uvas que maduran lentamente en climas fríos suelen tener una acidez más pronunciada.
La acidez no solo refresca sino que también mejora la capacidad del vino para maridar con una variedad de alimentos, desde ensaladas hasta platos más complejos.
3. OPTAR POR VINOS CON MENOS ALCOHOL
En verano, es recomendable elegir vinos con menor contenido de alcohol. Los vinos con alto contenido alcohólico pueden ser pesados y contribuir a la deshidratación, algo que se debe evitar en climas cálidos.
Vinos con menor graduación alcohólica son más ligeros y fáciles de beber, especialmente durante largos períodos de tiempo.
Esta elección es ideal para eventos al aire libre como barbacoas y picnics, donde se prefiere una bebida que sea refrescante y no abrume el paladar.
El contenido de alcohol influye directamente en la sensación de peso del vino. Vinos con menos alcohol suelen ser más ligeros y refrescantes. Es importante revisar las etiquetas y optar por vinos que tengan un grado alcohólico moderado, generalmente entre 10% y 12.5%.
Durante el verano, bebidas con menor contenido alcohólico no solo son más fáciles de beber sino que también ayudan a evitar la deshidratación, manteniendo la frescura y ligereza deseada para las actividades al aire libre. Además, estos vinos tienden a ser menos densos y más agradables para consumir en grandes cantidades.
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4. SERVIR EL VINO A TEMPERATURAS MÁS FRÍAS
Asegurarse de que los vinos se sirvan a temperaturas adecuadas es crucial en verano. Los vinos blancos deben servirse entre 7-10ºC, los rosados entre 8-12ºC y los tintos más ligeros entre 16-18ºC.
En días especialmente calurosos, se puede optar por servir el vino ligeramente más frío de lo habitual, ya que se calentará rápidamente en el vaso.
Mantener una temperatura constante es fundamental para disfrutar de todas las características del vino sin que el calor excesivo arruine la experiencia.
Mantener el vino a la temperatura correcta es esencial para disfrutar plenamente de sus características. Los vinos blancos y espumosos se benefician de temperaturas más bajas, resaltando sus notas frescas y ácidas.
Los rosados también deben servirse fríos para mantener su frescura y versatilidad. Incluso los tintos pueden servirse a temperaturas ligeramente más bajas en verano, especialmente aquellos que son jóvenes y afrutados.
Usar cubiteras con hielo y enfriar las botellas antes de servir puede ayudar a mantener la temperatura ideal, asegurando que cada sorbo sea refrescante y delicioso.
5. EXPLORAR NUEVAS FORMAS DE CONSUMIR VINO
El verano es también una oportunidad para explorar combinaciones innovadoras con el vino. Cocteles como la sangría y el tinto de verano son populares, pero también se pueden experimentar nuevas recetas como el Ginger Wine, que combina vino blanco con Ginger Ale y jarabe de fresas.
Estas mezclas no solo son refrescantes sino que también ofrecen una manera creativa de disfrutar del vino en diferentes contextos. Las bebidas a base de vino pueden ser una excelente opción para reuniones y celebraciones veraniegas.
Explorar nuevas formas de consumir vino puede añadir diversión y creatividad a tus encuentros veraniegos. La sangría y el tinto de verano son clásicos que siempre agradan, pero también se pueden probar cócteles innovadores que incorporen vino de manera sorprendente.
Por ejemplo, el Ginger Wine es una mezcla refrescante de vino blanco Verdejo, Ginger Ale y jarabe de fresas, decorado con una ramita de albahaca o romero.
Estas combinaciones no solo ofrecen una alternativa refrescante sino que también permiten experimentar con diferentes sabores y presentaciones, haciendo cada ocasión especial y memorable.
Siguiendo estos consejos, podrás disfrutar de vinos que realzan tu experiencia veraniega, haciendo cada momento aún más especial.
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