En Rusia, las ventas de alcohol per cápita han experimentado un incremento, destacándose una creciente preferencia por el vino. Ante los recientes aumentos en los impuestos a los productos europeos, ¿buscará el país nuevas fuentes de importación?
Según las cifras oficiales de Rosalkogoltabakkontrol, el organismo de control del alcohol y el tabaco del gobierno ruso, el consumo per cápita de alcohol puro en Rusia aumentó de 6,1 litros en 2019 a 6,5 litros en 2023.
El consumo ha aumentado de forma constante a razón de 0,1 litros cada año, afirmó el director de la entidad, Igor Alyoshin, en una entrevista con el periódico gubernamental Rossiskaya Gazeta. Sin embargo, estas cifras solo tienen en cuenta las ventas legales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el consumo per cápita real en Rusia es significativamente mayor, con 10,5 litros per cápita en 2020.
LA TENDENCIA CRECIENTE EN EL CONSUMO DE ALCOHOL HA PROVOCADO UN AUMENTO EN LAS VENTAS DE VINO
El aumento del consumo de alcohol ha provocado un aumento de las ventas de vino. En el primer semestre de 2024, la cuota de mercado del vino creció un 2,5% en comparación con el año anterior, según Rosalkogoltabakkontrol.
Esta tendencia se ve respaldada por los datos de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), que informó de que en 2023 se consumieron en Rusia 8,6 millones de hectolitros de vino, lo que supone un aumento del 3% en un momento en el que el mercado mundial se está contrayendo. El consumo de vino per cápita en Rusia es ahora de 7,2 litros.
¿EL FUTURO DEL “PROSECCO” DE BRASIL?
En represalia por la respuesta de Moscú a la invasión de Ucrania, en 2023 Rusia aumentó los aranceles e impuestos a los vinos de los llamados «países hostiles», entre los que se encuentran toda la UE, Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda.
Como resultado, un vino europeo con un precio de venta al público de 1 euro por botella ahora cuesta alrededor de 5,40 euros en una tienda minorista, después de los derechos de importación, el IVA y los impuestos especiales.
Este segmento de precio de 1 euro es el más demandado en Rusia. El aumento porcentual es aún mayor en el caso de los vinos de alta gama.
Como las fuentes tradicionales ya no pueden abastecer al segmento de precios bajos, no es de extrañar que los orígenes alternativos estén ganando popularidad en Rusia.
Según un informe de Kommersant, los importadores rusos están explorando actualmente la importación de vino espumoso de Brasil y la India, así como vino de China, Serbia, Túnez y Argelia.
Por ejemplo, el importador Moro habría registrado en la aduana un envío de 30.200 botellas de «Prosecco» de Brasil. Un experto le dijo a Kommersant que tener el nombre «Prosecco» en la etiqueta podría ser ventajoso para los vinos en el mercado ruso, incluso si los vinos no son de origen italiano.
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